Institución Educativa San Joaquín
GRADO:
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11°01 Y 11°02
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PERIODO:
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II GUIA 3.
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FECHA:
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22 JUNIO– 15 JULIO.
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ÁREA:
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EDUCACION RELIGIOSA Y
MORAL
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DOCENTE:
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LUCILA GARCIA ANAYA
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Sitio web docente:
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WhatsApp pedagógico:
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3188674399
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Correo:
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garciaanayalucilamarina@gmail.com
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TEMA: LA
CONSTITUCION NACIONAL Y NUESTROS DERECHOS HUMANOS.
Los
derechos humanos de Colombia, república constitucional multipartidista, han
estado marcados por violencia política, ausencia de procesos legales o
corrupción, entre otros aspectos, a pesar de que la constitución de este país
incluye regulaciones en materia de estos derechos. En palabras de Noam Chomsky,
filósofo y activista estadounidense, Colombia es poseedor del récord de
violaciones de Derechos Humanos en el hemisferio
Occidental.
Los derechos humanos dentro de la Constitución de Colombia
En el
capítulo I de la constitución de Colombia, se presentan artículos concernientes
a los derechos, las garantías y los deberes de los ciudadanos. Destacan en este
apartado los artículos 11 y 13, que establecen que:El derecho a la vida es
inviolable.
Todos
los individuos son libres e iguales ante la ley desde su nacimiento.
Otros aspectos relevantes de este segundo
apartado son:
1. Derecho a la privacidad.
2. Prohibición de la esclavitud.
3 Libertad de religión, de expresión y de
educación.
4 Libre asociación en relación a los
trabajadores. Ü
5-Derecho
a participar en la vida política. Por su parte, el capítulo II de la
constitución presenta artículos concernientes a los derechos económicos,
culturales y sociales. En este apartado destacan:
1. La
familia, siendo la base de la sociedad, debe ser protegida por el Estado.
2. Los
hombres y las mujeres tienen acceso a las mismas oportunidades.
3. Los derechos de los niños, tales como vida,
integridad física, salud, nombre e identidad, tienen prioridad sobre los
derechos de otros.
4. La
educación es gratuita y obligatoria desde los 5 hasta los 15 años.
5.
Todos los ciudadanos tienen derecho a la seguridad social.
6. Los trabajadores tienen derecho a efectuar
paros laborales. Estado de los Derechos Humanos en Colombia Los reportes de
Derechos Humanos de Colombia analizan el estado de la nación colombiana en
materia de derechos humanos. A continuación, se presentan los resultados de los
reportes efectuados en los años 2013, 2014 y 2015, los cuales dividen la
situación de los derechos en las siguientes secciones:
Respeto por la integridad de la persona.
Respeto por los derechos civiles.
Libertad de participar en procesos políticos.
ü Corrupción y falta de transparencia en el gobierno.
Actitud del gobierno para con las investigaciones
internacionales y no gubernamentales de
violaciones de los derechos humanos.
Discriminación. Y Derechos de los trabajadores
•PARTICIPACIÓN
Y RESPONSABILIDAD DEMOCRÁTICA
Convivencia
y resolución de conflictos La convivencia es el conjunto de prácticas que
realizamos todos los días con las personas que nos rodean, sean familiares,
amigos, conocidos o desconocidos. Esas relaciones las llevamos a cabo en
distintos escenarios como el hogar, los centros educativos, la iglesia o el
parque. En nuestras acciones diarias pueden influir las condiciones del medio
donde vivimos, lo que no quiere decir que si estamos en un medio violento,
debemos reaccionar de la misma forma, sino que por el contrario, tenemos la
opción de actuar bajo concepciones democráticas que contribuyan a una mejor
convivencia.
En el
caso de los colombianos, las prácticas de convivencia y la manera de resolver
las situaciones difíciles, guardan mucha relación con el conflicto interno que
vive la nación y con la manera como el Estado, de acuerdo con la Constitución
de 1991, viene presentando nuevas alternativas para estimular una mayor
participación ciudadana en todos los ámbitos de la convivencia y la observancia
de las normas por parte de todos los miembros de la sociedad.
“La
convivencia implica reconocernos como seres únicos y diferentes, capaces de
solucionar conflictos.” Las posturas dogmáticas, la intransigencia, la
intolerancia, y el hecho de creerse "portadores de la verdad", han
estado presentes en las prácticas de los distintos actores políticos y del
resto de la sociedad, a través de la historia de nuestro país. Por ejemplo, las
disputas políticas, entre los nacientes partidos políticos, a mediados del
siglo XIX, se dirimieron a través de métodos violentos. Desde la promulgación
de la Carta Política de 1991 se ha buscado dar un manejo diferente que supone
la coexistencia de muchos pensamientos y la concordancia entre lo que dicen las
normas y lo que se hace en la realidad. Los elementos de la convivencia La
convivencia está compuesta por cuatro elementos: el conflicto, porque se debe
aprender a convivir con él, pues siempre va a estar presente; la incertidumbre,
porque todo está cambiando, en especial las personas con las que nos
relacionamos cada día; el otro diferente, porque cada persona es un mundo del
que conocemos apenas una parte; y la memoria colectiva, porque la mayoría de
las cosas que se hacen en la vida cotidiana son el producto del conocimiento
que ha desarrollado la sociedad desde tiempos pasados.
El conflicto La palabra conflicto significa
"chocar entre sí", y expresa circunstancias negativas y
desagradables, que por lo general están vinculadas con la violencia; que a su
vez significa infringir los derechos e integridad de alguien. Los seres humanos
tenemos la necesidad de relacionar nos entre sí para garantizar nuestra
existencia, desde este punto de vista es posible reconocer a los demás como
facilitadores de la vida en comunidad. Sin embargo, las personas como seres
diferentes y antagónicos están expuestas al conflicto por la diferencia de sus
prioridades e intereses. Reconocer la complejidad de los seres humanos y evitar
verlos como una amenaza, facilita el manejo de las situaciones de conflicto,
permite la comprensión de la interacción humana y contribuye a generar los
cambios que la sociedad requiere. La incertidumbre El mundo donde vivimos,
ofrece la apariencia de orden y certidumbre permanente, de tal forma que parece
que nada cambiará. Sin embargo, la vida social está en permanente dinámica y
sujeta a cambios. En esta dinámica cualquier elemento que signifique
transformación, causa inseguridad o incertidumbre. Desde tal óptica, las
instituciones como la escuela y los medios de comunicación, tienen la
responsabilidad de construir formas de convivencia flexibles, que analicen las
bondades de lo nuevo y estén dispuestas a abrirles su propio espacio. Un
ejemplo del temor a lo nuevo lo constituyen las prácticas de la juventud de
todos los tiempos, en cuanto a su vocabulario, manera de vestir y gustos
musicales, que al parecer han estado en contravía y han sido rechazados por su
anterior generación, por el temor a la ruptura de preceptos, consideraciones y
valores, en apariencia muy sólidas y dignas de preservar. Alrededor de 1960,
surgió en el mundo occidental, un nuevo género musical, conocido como rock. A
sus seguidores se les asoció con el consumo de droga y las prácticas de
convivencia poco convencionales. Muchas personas adultas de aquellos años
rechazaron y se opusieron a esta forma de expresión de la cultura, sin embargo,
el rock se mantuvo y se abrió espacio en diferentes sociedades, al punto que en
la actualidad es un elemento que ha servido para construir convivencia. En
algunas ciudades de Colombia y del mundo, se realizan conciertos y festivales
de rock y de otros géneros musicales más recientes, lo cual demuestra que la
sociedad se transforma y, por consiguiente, la incertidumbre es inherente a la
condición humana. El otro diferente Cada persona es diferente, piensa y actúa
distinto y forma parte de un grupo cultural con tradiciones y costumbres
particulares. Sin embargo, esta pluralidad puede convertirse en una amenaza
permanente para la convivencia, cuando se piensa que lo ideal es uniformar a
las personas en su pensamiento y actitudes. Reconocer a los demás seres humanos
como diferentes, es comprender su integridad y aceptar la diversidad de la
sociedad de la cual se forma parte. La Constitución de 1991 reconoce que la
sociedad colombiana está conformada por una gran diversidad étnica y cultural,
que se manifiesta en la presencia del grupo raizal de San Andrés y Providencia,
los afrocolombianos que habitan en la región del Pacífico y del Caribe, el
pueblo room o gitano, disperso por todo el territorio nacional, la población
indígena que conforma cerca de 80 comunidades y en los grupos socioculturales
que habitan las diferentes regiones como el paisa, el opita, o el pastuso. La
diversidad del pueblo Colombia no, antes de ser un obstáculo para la
convivencia armónica, se debe comprender como el patrimonio que permite
construir una sociedad pluralista y democrática. La memoria colectiva La
memoria colectiva es la información que tiene cada persona, acerca de la
cultura y de la manera como funciona la sociedad a la que pertenece. Esta
información orienta la cultura del grupo social, define las pautas de con
vivencia y determina las formas de preservación o de adaptación frente a nuevas
situaciones. Por eso, cuando en la memoria colectiva de una sociedad está
definida una determinada práctica de convivencia, lo más probable es que esta
se perpetúe al transmitirse de generación en generación. Los escenarios de la
convivencia Los escenarios de la convivencia son todos aquellos espacios de encuentro
que tenemos con nuestros semejantes en la vida cotidiana. En estos escenarios
se aprenden y se construyen las prácticas de convivencia.
La familia El primer escenario de la convivencia
es la familia, en ella se dan los principales procesos de socialización, porque
se aprende a ser papá, mamá, hija, hijo, hermano o hermana y a ser miembro de
un grupo humano llama do familia. La convivencia en familia permite aprender y
reproducir las prácticas que respetan las "reglas", es decir, las prácticas
democráticas, o por el contrario, las prácticas violentas. La familia, entonces
tiene una gran responsabilidad en cuanto al conocimiento y a la formación de
una convivencia fundada en las prácticas democráticas. En las sociedades
modernas, la familia comparte su responsabilidad en la formación de los
miembros de una sociedad, con otras instituciones como los centros educativos,
los medios de comunicación y la comunidad. De igual manera, las relaciones
interpersonales que se establecen en otros espacios o eventos como otros
espacios o eventos, como el parque, el centro comercial o el concierto, también
aportan elementos al aprendizaje social, que deben ser facilitadores para
alcanzar una sana convivencia. La Escuela La escuela, entendida como el
conjunto de instituciones que realizan una labor educativa, tiene una gran
importancia en la formación de las personas; por eso, en la actualidad, es
considerada por el Estado y por la sociedad como la principal responsable del
futuro del país y como la máxima orientadora y formadora de sus ciudadanos. En
la escuela es posible construir saberes, nuevas miradas del mundo y formar
ciudadanos responsables, tolerantes y participativos. La Corte Constitucional
en la sentencia C371 de 1994, se refirió al proceso educativo en los siguientes
términos: "Educar es conducir y conducir no es arrastrar. Por la fuerza se
arrastra, pero no se conduce. Suprimir por el uso de la fuerza, la capacidad
evaluativa del ser humano, es ignorar las condiciones que lo hacen digno. Quien
conduce, enseña el camino que juzga mejor, pero el que arrastra elimina
brutalmente toda posibilidad de optar. Cosifica al sujeto, al despojarlo de la
libertad que lo signa". Las organizaciones políticas Las organizaciones
políticas, entendidas como aquellas que se conforman para participar en la vida
democrática del país, también son parte de este escenario donde se construye la
convivencia y se ejercitan los derechos ciudadanos. A través de ellas las
personas y los grupos. Los medios masivos de comunicación Los medios masivos de
comunicación son otro escenario fundamental para la convivencia, en sociedades
con proyectos democráticos en formación, como es el caso de la sociedad
colombiana. Su papel es preponderante en la medida que facilitan la expresión
plural de los diversos sectores sociales y contribuyen al conocimiento masivo
de propuestas, opiniones o puntos de vista, acerca de los problemas que afectan
a las sociedades. Los medios de comunicación facilitan la relación directa
entre los ciudadanos y las instituciones, puesto que sirven de canal entre los
ciudadanos que expresan sus necesidades e intereses y el funcionario que las
debe resolver. En la actualidad son frecuentes las encuestas por Internet, los
reclamos por la mala prestación de los servicios públicos a través de medios
como el teléfono, la radio o la televisión, al igual que las discusiones acerca
del presupuesto de un municipio a través de una teleconferencia en la que
participan funcionarios y ciudadanos. El escenario cultural Hasta mediados del
siglo pasado el país estaba conformado por culturas muy definidas, tanto en las
áreas rurales como en las urbanas, debido que la mayor parte de la población
era campesina y cada municipio conservaba una arraigada tradición cultural.
Entre tanto, en las pequeñas y florecientes ciudades, germinaba la pluralidad
cultural como consecuencia de la paulatina inmigración. Las escasas vías y
medios de comunicación contribuían al aislamiento de los pueblos y al limitado
intercambio cultural. En la actualidad, más del 70% de la población colombiana
habita en las ciudades, que cada vez albergan una mayor heterogeneidad cultural
con marcadas diferencias entre los grupos generacionales. En cada ciudad se
construye una trama social muy densa y difícil de comprender, porque en ellas
se encuentran y se mezclan las diversidades étnicas y culturales, y existen
numerosos espacios de expresión como el cine, el teatro, las bibliotecas, los
museos, las librerías, los sitios de diversión y esparcimiento, y los centros
educativos. Hoy en día, el sector rural mantiene culturas homogéneas y
tradicionales que no son ajenas al proceso modernizador que vive el país y que
circula con fuerza por los medios de comunicación masiva. El ejercicio de la
convivencia tanto urbana como rural, permite compartir en un mismo espacio toda
esa diversidad de costumbres, gustos e intereses, asimilar al otro sin perder
la identidad propia, e incorporar a nuestra cultura lo que más nos atraiga de
los otros.
Los principios de la convivencia El ser humano
posee una tendencia natural a vivir con otros, sin embargo, la orientación de
la convivencia social no es espontánea, sino que se construye a través de las
pautas o principios que se acuerdan. El interés de la actual sociedad
colombiana es fortalecer la convivencia mediante prácticas que acepten la
diferencia, que resuelvan el conflicto, que protejan la vida, los Derechos
Humanos y la felicidad, y que estén abiertas a afrontar nuevos cambios.
Diversas organizaciones, entre ellas la Fundación Social, plantean los siguientes
principios que orientan la convivencia: Aprender a no agredir al congénere El
respeto hacia los otros es el fundamento de la convivencia y permite valorar la
vida del otro como a la propia vida. Respetar y respetarse implica dejar de
lado toda actitud agresiva sin que por ello se pierda la competitividad,
también implica ser fuerte sin perder la ternura y la comprensión del otro,
quien, por ser diferente, puede ser un complemento o quizá un opositor, pero
nunca un enemigo. Aprender a comunicarse Toda comunicación busca transmitir un
mensaje que se espera sea reconocido por todos. Cada quien se afirma cuando el
otro lo reconoce a través de los mensajes que le comunica. Una sociedad que
aprende a comunicarse encuentra siempre formas de solucionar sus conflictos de
forma pacífica. Aprender a interactuar Relacionarse con los otros implica
aprender a percibirse y a percibir a los demás como personas que evolucionan y
cambian en su interacción, pero que siempre guían su comportamiento por las
reglas básicas y universales de los Derechos Humanos. Aprender a decidir en
grupo La convivencia armónica de una sociedad depende de su capacidad para
participar en la concertación de intereses y en la toma de decisiones. Cuando
se aprende a concertar en grupo se puede alcanzar el máximo bienestar para la
comunidad. Aprender a cuidarse La convivencia supone aprender a cuidar el
"bien estar" físico y psicológico de sí mismo y de los otros; esta es
una forma de expresar el amor por la vida. Aprender a cuidar se significa también
aprender a crear condiciones de vida adecuada para todos. Aprender a cuidar el
entorno Aprender a vivir socialmente es ante todo aprender a es tar en el
mundo; es aceptar que somos parte de la naturaleza y del Universo y que no es
posible herir al planeta, sin herirnos a nosotros mismos. La convivencia social
supone cuidar la biosfera que es el lugar donde vivimos. Aprender a valorar el
saber social El conocimiento de los saberes culturales y académicos, forma
mujeres y hombres más racionales, más vinculados a la historia y a la vida
cotidiana de la sociedad, y por lo tanto con mayor capacidad para comprender
los beneficios y las posibilidades de la convivencia social. Mecanismos para
negociar La teoría general para resolver conflictos, plantea algunos mecanismos
que se deben tener en cuenta en el momento de negociar, ya que ayudan de manera
eficaz a lograr acuerdos, que satisfacen los intereses de las partes y
resuelven el problema. Los acuerdos o soluciones de ganar Vs ganar En la
solución de conflictos es importante considerar, que siempre existe la
posibilidad de que las partes involucradas lleguen a acuerdos que pueden
satisfacer los intereses de ambas. De esta manera, no hay perdedores ni
ganadores absolutos, sino que cada uno obtiene un beneficio. Enfocarse en el
problema El proceso para resolver problemas no debe enfocarse en las personas,
sino en el problema. A menudo se dice que el otra tiene la culpa, pero eso no
ayuda en la solución del problema, sino que, por el contrario, puede llevar a
que el conflicto adquiera mayores dimensiones. En cambio, enfocarse en el
problema, implica definirlo, y encontrar las diferencias entre posiciones,
intereses y necesidades. Cuando se conoce claramente la posición de las partes
frente al conflicto y lo que esperan alcanzar, es más fácil encontrar la
solución. Participar directamente en la toma de sus decisiones En una situación
de conflicto, lo más conveniente, es que las partes involucradas participen directamente
en el pro ceso que busca una solución, por cuanto cada una tiene un
conocimiento más objetivo de la situación y puede proponer soluciones efectivas
que convengan a todos y así lograr acuerdos rápidos y eficaces. Para resolver
un conflicto es indispensable la participación de los directamente involucrados,
enfocarse en el problema y buscar soluciones que beneficien a todos. Acudir a
la mediación Aunque lo ideal en la solución de conflictos es que las partes
encuentren directamente la solución, en ocasiones la dificultad de llegar a un
acuerdo hace necesaria la intervención de un tercero o mediador. La mediación
ayuda a conciliar, a poner de acuerdo a las partes que se debaten en una
controversia de intereses y propósitos. El papel del mediador es inducir a las
partes a realizar un proceso de análisis que les indique el mayor número de
posibles soluciones y oriente para tomar la decisión más conveniente. En este
proceso puede ocurrir que el mediador encuentre la solución perfecta, pero que
las partes no la acepten, lo que implica regresar al punto de partida. Por su
parte, el arbitramento, como mediación, se diferencia de la conciliación en que
el acuerdo no es buscado por las partes, sino que éstas de antemano someten sus
diferencias a la llamada cláusula arbitral. El arbitramento muy común en
materia mercantil, a las decisiones se les llama laudos y generalmente se
relacionan con bienes o con derechos patrimoniales. En Colombia existen
instituciones y funcionarios públicos que intervienen en la solución de
conflictos como son los jueces, los inspectores de tránsito o de policía, los
defensores de familia, los jueces y los fiscales. También hay particulares que
contribuyen en la solución de conflictos como es el caso de los Jueces de Paz,
de los centros de conciliación de las notarías y de las cámaras de comercio.
Los Jueces de Paz La Constitución de 1991, en el Artículo 247, estableció que
la ley podría crear Jueces de Paz con el fin de resolver en equidad, conflictos
individuales y comunitarios.
También estableció su elección mediante el
voto popular. De acuerdo con lo consagrado en la Constitución, la Ley 497 del
10 de febrero de 1999, creó la figura de los Jueces de Paz y reglamentó sus
características y funciones. La mediación de los Jueces de Paz evita a las
partes en conflicto, tener que acudir a los estrados judiciales. La justicia de
paz es una función pública y por lo tanto gratuita. Sin embargo, el Consejo
Superior de la Judicatura puede señalar los costos que pueda causar una
actuación del Juez de Paz. La justicia de paz es una institución independiente
y autónoma con el único límite de las normas contenidas en la Constitución
nacional. Se diferencia del poder de la rama Judicial, en que sus providencias
sólo están sometidas al imperio de la ley. Es decir, que las decisiones de un
Juez de Paz deben respetar las normas contenidas en la Constitución, mientras
que las decisiones de los jueces de la rama Judicial deben ceñirse también a
las leyes escritas en los códigos. La intervención del Juez de Paz de be ser
requerida por las comunidades o las personas de común acuerdo y en forma
voluntaria. La solicitud de intervención del Juez de Paz puede formularse de
común acuerdo entre las partes y de manera oral o escrita, lo cual corresponde
al Artículo 229 de la Constitución nacional, que establece que toda persona
tiene derecho a acceder a la administración de justicia y que la ley debe
indicar en qué casos lo puede hacer sin que se encuentre representada por un
abogado. Aunque la solicitud que se eleva ante un Juez de Paz puede ser verbal,
se debe levantar un acta en la cual constan la identidad de las partes, su
domicilio, la descripción de los hechos y la controversia existente entre
ambos, así como el lugar, fecha y hora donde se va a efectuar la audiencia de
conciliación. Son funciones de los Jueces de Paz: ü Promover la convivencia
pacífica de las comunidades. ü Buscar la solución integral y pacífica de los
conflictos entre particulares o los de una comunidad. ü Tomar decisiones en
equidad, más no en Derecho. Es decir, que aun que deben respetar las normas consagradas
en la Constitución, no se rigen por todo el conjunto de leyes, sino que actúan
según los criterios de justicia propios de cada comunidad. ü Referirse
solamente a asuntos que se pueden transigir, conciliar o de asistir, es decir,
que no estén sometidos a solemnidades judiciales especiales y que su cuantía no
exceda de 100 salarios mínimos mensuales vigentes. Por ejemplo, un Juez de Paz
puede intervenir para solucionar el conflicto causa do a la propiedad del
vecino.
Convivencia
y democracia en el centro escolar La democratización de la escuela ha servido
para hacer de ella un nuevo escenario de convivencia, cuyos ámbitos de
discusión, formación y participación logran gran impacto en las relaciones
familiares y sociales. Antes de la Constitución de 1991, la participación de
los estudiantes y de la comunidad, en las decisiones de los centros educativos,
era muy limitada, pero la nueva Carta Política abrió las puertas para
replantear las relaciones de poder y hacer el tránsito hacia formas de disenso,
consenso y concertación, como una manera de buscar el acuerdo y evitar la
imposición arbitraria. La democratización de la escuela es un mandato
constitucional, que se encuentra explícito en los siguientes artículos:
Artículo 41. Hace referencia a que todas las instituciones de educación,
oficiales o privadas, "fomentarán prácticas democráticas para el
aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana".
Artículo 67. Dice que "la educación formará al colombiano en el respeto a
los Derechos Humanos, a la paz y a la democracia". Artículo 68. Señala que
la "comunidad educativa participará en la dirección de las instituciones
de educación". Para desarrollar lo que plantea la Constitución nacional,
en los anteriores artículos, se creó la Ley 115 de 1994 o Ley General de
Educación, que reglamenta muchos aspectos de las prácticas educativas, como los
siguientes: ü El objetivo prioritario de la educación, es que los colombianos
se apropien de los valores y principios de la democracia y que se promueva el
respeto por los Derechos Humanos. ü El alumno es el centro del proceso
educativo y debe participar activamente en su propia formación integral y la
educación debe favorecer plenamente el desarrollo de la personalidad del
educando. ü En los consejos directivos de los establecimientos de educación
básica y media, habrá un representan te de los estudiantes, escogido por ellos
mismos, de acuerdo con el reglamento de cada institución. ü En las
instituciones educativas, los estudiantes elegirán a un alumno del último grado
que ofrezca el establecimiento, para que actúe como personero de los
estudiantes y promotor de sus derechos y deberes. ü Los establecimientos
educativos tendrán un reglamento o manual de convivencia en el cual se
definirán los derechos y las obligaciones de los estudiantes, quienes deben
intervenir en su elaboración. ü Los centros escolares deben promover la
creación del Consejo de Estudiantes y del Consejo de Padres de Familia. El
desarrollo de las anteriores normas, en las instituciones educativas, han
otorgado a las y los estudiantes un protagonismo que está contribuyendo a hacer
más respetuosas las relaciones de convivencia y a formar ciudadanos con una
mayor capacidad para ejercer sus derechos y cumplir con sus deberes en el marco
de una sociedad democrática. La mujer y su participación en la construcción de
la sociedad colombiana En la historia de la humanidad, la presencia de la
mujer, generalmente, ha pasado inadvertida, tanto que, en el registro de hechos
sobresalientes, los nombres femeninos son muy escasos. La idea que ha predomina
do, en la mayoría de las culturas y en las diferentes épocas, es que los
acontecimientos importantes los han producido los hombres, y de hecho, también
la historia la han escrito los hombres. Sólo desde hace poco tiempo, las
mujeres han sido reconocidas como heroínas, pensadoras, descubridoras y
luchadoras, que participado tanto como el hombre construcción del mundo. Este
ámbito presenta un breve recorrido por distintas épocas de la historia
colombiana y permite descubrir y comprender el rol de la mujer en la vida
social política, económica y cultural del país. Después de la Independencia de
la Nueva Granada, cuando se constituyó la República, se mantuvo la
diferenciación social heredada desde la Colonia, tanto en el orden político,
como en el económico y en el cultural y a pesar de la participación femenina,
en los movimientos de independencia, la situación de inferioridad de la mujer
respecto al hombre, en nada cambió. Afirma la Investigadora Nohema Hernández
que "La mujer era considerada como un objeto, bien sagrado o bien de
placer. En el primer caso, el modelo impuesto era el de virgen madre, en virtud
del cual podía acceder a la vida religiosa, en cuyo caso quedaba bajo la tutela
de la comunidad en calidad de esposa de Cristo y madre espiritual. La otra al
ternativa que se ofrecía a la mujer era el matrimonio...". En cualquier
caso, para todas las mujeres, desde que se nacía se estaba bajo el dominio ya
sea del padre, de la Iglesia o del esposo, quienes disponían de los bienes y
decidían sobre la vida de las mujeres.
•Pluralidad, Identidad y valoración de las
diferencias La conquista de los derechos de la mujer- El movimiento feminista
ha encabezado durante siglos las demandas en favor de los derechos de las
mujeres. Éstos han sido fruto de las reflexiones de un grupo de mujeres que en
los albores del siglo XIX plantearon como meta que “el sexo no debía excluir a
ningún ser humano de nada que se considere un bien, ni de nada que se considere
un derecho”. La primera polémica se produjo en la Ilustración y estuvo centrada
en conseguir el reconocimiento como ciudadanas, esto es, miembros de pleno
derecho en la sociedad. Una batalla iniciada a fines del siglo XVIII y que
sigue vigente, en mayor o menor medida, en todo el mundo en la actualidad. En
el siglo XIX la demanda principal, aunque no exclusiva, fue la consecución del
voto, el movimiento se denominó sufragista. Para que pudieran ejercer
libremente sus derechos políticos tenían que recibir una educación igual a la
que disfrutaban los hombres. Las mujeres de todos los tiempos insistieron en
demostrar que su supuesta inferioridad no residía en factores “naturales” sino
en las desiguales oportunidades entre los sexos. El acceso progresivo a las
escuelas y las universidades se produce en el siglo XIX, en España no fue hasta
1910 cuando pudieron estudiar libremente una carrera universitaria. A partir de
este momento no ha dejado de incrementarse la presencia femenina en las aulas
hasta constituir, en los inicios del siglo XXI, más del 50 por ciento del
estudiantado universitario. Sin lugar a dudas, la verdadera acometida a la
ausencia de derechos que todavía no se disfrutaban se produce en los años 60
del siglo pasado, de la mano de un rejuvenecido movimiento feminista asistimos
a la exigencia de los derechos sociales. El llamado feminismo de segunda ola
pone en cuestión las bases sobre las que se seguían sustentando las
discriminaciones que sufrían las mujeres, denunciaron un modelo de feminidad
tradicional y reivindicaron cambios profundos en la consideración y situación
de éstas. Inicialmente las demandas se centraron en la equiparación jurídica,
determinados postulados legislativos seguían siendo discriminatorios (la
despenalización de delitos como el adulterio o el amancebamiento que seguían
vigentes en los códigos civiles en la España de los años 70, la regulación del
divorcio cuya ley no se materializó hasta 1981). A las reformas legales le
siguieron las cuestiones laborales. La incorporación femenina al mercado
laboral se produce a lo largo del siglo XX, su ausencia histórica del empleo,
que no del trabajo que siempre le ha sobrado, justifica un trato desigual en el
ámbito laboral: peores salarios, baja cualificación, derechos laborales
recortados. Las consecuencias de los impedimentos puestos a las mujeres para
acceder al trabajo remunerado en condiciones dignas las seguimos pagando en la
actualidad, la llamada brecha salarial constituye un abismo insalvable para las
trabajadoras. Pero si algo define y caracteriza a este feminismo de segunda ola
es la crítica al modelo de feminidad imperante, denuncian el olvido
intencionado al que han estado sometidos los deseos de las mujeres. El
arquetipo femenino se definía por los patrones patriarcales santificados por la
moral religiosa dominante. Según ellos, las mujeres estaban privadas de deseos,
su sexualidad se circunscribía a la maternidad como fin último y, por tanto, a
la heterosexualidad como norma. En los años 60 las mujeres descubren su cuerpo,
demandan el derecho a disfrutar plenamente de su sexualidad sin miedo a
embarazos no deseados, por lo que exigen métodos anticonceptivos al alcance de
todas. Critican la heterosexualidad dominante y, por primera vez, se habla
abiertamente del derecho a vivir la opción sexual que deseen. Esta ola, que
conmocionó la sociedad de las últimas décadas del siglo XX, consiguió poner en
primer plano las necesidades de las mujeres, logró visibilizarlas y sacarlas
del genérico hombre, demostrando, como decían las feministas americanas, que
“de cada dos hombres uno era una mujer”. Aunque inicialmente el feminismo fue
un movimiento anclado en occidente pronto se extendió por el mundo, la
internacionalización de la teoría feminista permitió observar y analizar
culturas distintas y proponer soluciones diversas para problemas complejos que
afectaban al conjunto de las mujeres. Un punto de inflexión en la reflexión
feminista lo constituyó la Conferencia Internacional sobre las Mujeres
celebrada en Beijing en 1995, de ella surge una plataforma política que
compromete a los gobiernos participantes a impulsar medidas que promuevan la
igualdad y combatan las discriminaciones de género vigentes en todos los
continentes.
Los años transcurridos desde el encuentro
mundial en Beijing han puesto de manifiesto que los compromisos
gubernamentales, con frecuencia, han quedado en saco roto. En muchos lugares
del mundo se siguen vulnerando sistemáticamente los derechos de las mujeres y
las niñas, llegando a anular su condición de humanas. No podemos negar que el
siglo XX ha sido testigo de una revolución feminista que ha puesto en valor a
las mujeres, pero los cambios exigidos todavía no se han completado. En el
siglo XXI debemos comprometernos a consolidar los logros alcanzados y construir
bases más sólidas donde asentar una sociedad más justa, democrática e
igualitaria. Mientras se sigan vulnerando los derechos sexuales y reproductivos
de las mujeres, mientras se siga persiguiendo la diversidad sexual, mientras
las mujeres sigan sufriendo violencia por razón de su sexo, mientras el acceso
al trabajo remunerado siga siendo en peores condiciones, mientras las labores
del cuidado sigan mayoritariamente en manos femeninas, mientras se las siga
excluyendo de los foros de toma de decisiones no podremos decir que hemos
alcanzado la igualdad que les corresponden. Se deberá seguir demandando
derechos para todas las mujeres de cualquier etnia o cultura, migrante,
lesbiana, transexual, bisexual o heterosexual, trabajadora o desempleada... los
derechos deben beneficiar a todas las mujeres independientemente de su lugar de
residencia, credo o condición. La experiencia de luchas pasadas demuestra que
los derechos no se conceden, sino se conquistan, en el caso de las mujeres tras
años, incluso siglos, de lucha. Situación actual de la mujer en Colombia
Mujeres colombianas tienen una tasa más alta de educación que los hombres. Sin
embargo, las mujeres aún enfrentan importantes dificultades de acceso al
empleo, y cuando entran en el mercado laboral, se enfrentan a diferencias
salariales significativas y trabajan en los altos niveles de informalidad.
Entre otros datos, el estudio afirma que las mujeres en la actualidad viven
vidas más largas, se benefician de un mejor acceso a la educación y son más
independientes. La esperanza de vida a nivel mundial ha alcanzado 72 años para
ellas y 68 para los hombres. Las colombianas tienen derecho a votar desde 1954.
El derecho al voto fue otorgado por el dictador colombiano Gustavo Rojas
Pinilla tras años de lucha de las mujeres desde la década de 1930 para adquirir
la ciudadanía plena La Constitución Política de Colombia establece en su
Artículo 43 que “la mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades, la
mujer no podrá ser sometida a ninguna clase de discriminación”, y en su
artículo 13 que “el Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea
real y efectiva- La sociedad y la Familia son responsables de respetar los
derechos de las mujeres y de contribuir a la eliminación de la violencia contra
ellas. El Estado es responsable de prevenir, investigar y sancionar toda forma
de violencia contra las mujeres LEY 1257 DE 2008- En 1932 la Ley 28/1932
reconoce la igualdad de derechos civiles a las mujeres de Colombia tras una
intensa lucha que lideran Georgina Fletcher y Ofelia Uribe. ... Con el decreto
1972 de 1933 y las leyes 1874 de 1932 y 227 de 1933 se reconocen el derecho a
la educación.
5. ACCIONES PEDAGÓGICAS – 100 puntos
1. Cuáles
son los derechos humanos dentro de la Constitución Colombiana.
2. En
el capítulo II de la Constitución presenta artículos concernientes a los
derechos económicos, culturales y sociales; explica los numerales 1-3-4.
3.
Explica. Que es la corrupción y falta de transparencia en el gobierno, cita un
ejemplo 4. Que es convivencia.
5. Que es conflicto.
6. Que es Incertidumbre
7.
Porque hablamos que el primer escenario de la convivencia es la familia.
8. Cuál es el papel de la escuela en los
escenarios de convivencia